De la naturaleza a la taza. Con el boom de las huertas orgánicas cada vez son más las personas que disfrutan de productos frescos cultivados en su casa. En esta nota nos animamos a doblar la apuesta y te contamos cómo hacer blends de té de elaboración propia. Te proponemos tres recetas sencillas con las que iniciarte. Animate.
Hubo un tiempo en que la idea de la huerta propia se reservaba a unos pocos ocurrentes que tenían la suerte de vivir en una casa con jardín amplio. Sin embargo, las costumbres cambian y lo que alguna vez fue la más rural de las actividades, hoy es el más cool de los hobbies. Dicen quienes lo eligen que ningún sabor se compara con el de los productos de la propia tierra y lo cierto es que más allá del vínculo afectivo los productos orgánicos tienen más propiedades que los que se compran en cualquier supermercado. Tan saludables como gourmet, los modernos hortelanos combinan en sus plantaciones (que se adaptan a pequeños jardines y hasta balcones) clásicos como la lechuga, la zanahoria o el tomate con otras hierbas o especias que hoy son furor en sofisticados blends de té (combinación de diversas hebras de té con otras materias primas). Con la ayuda de tres blenders profesionales te acercamos tres recetas de infusiones: un té verde, un té negro y una tisana que se sirven de los productos de la huerta para darle a cada uno un sabor único y diferente. Aquí, el paso a paso y algunos tips para que te animes a prepara tu té de la manera más artesanal y personal posible.
MI HUERTA, MI JARDIN. Aunque el sentido común indicaría que el primer requisito para tener una huerta es tener un jardín donde hacerla, la realidad es que muchas de las plantas que se utilizan en la cocina no exigen de grandes extensiones de tierra. Las plantas aromáticas y las hierbas más usadas para los tés entran en este grupo, por lo cual son muy elegidas para las huertas de balcón. Son especies que crecen sobre poca superficie y no exigen grandes cuidados. No necesitan volver a plantarse en cada temporada e incluso pueden mantenerse bien durante todo el año (tal el caso de la lavanda o la menta). ¿Qué es lo más importante a la hora de armar la huerta?
Lo primero a tener en cuenta es la ubicación: las plantas necesitan que les dé el sol, preferiblemente durante la mitad del día. Si bien hay algunas aromáticas que pueden llegar a sobrevivir sin sol, no darán tantas flores ni serán tan tupidas como cuando se las expone a los rayos solares. Manzanilla, cedrón o menta, son las hierbas que la gente más asocia a las infusiones y aunque sobran recetas caseras en las que se las agrega a un té o simplemente se las hierve en agua, las posibilidades que brindan estas aromáticas son millones. Se pueden realizar blends con flores, frutas, frutos secos o especias. Lavanda, rosa, violeta, crisantemos, manzanilla, hibiscus, malva, tilo y caléndula son algunas de las flores más elegidas, mientras que la manzana, naranja, limón, ananá, damasco, mango, frutillas y las cáscaras de naranja, mandarina, pomelo o limón están entre las frutas más elegidas. En el caso de las especias, la canela, el jengibre, la pimienta, la cúrcuma, el enebro, el cardamomo o el clavo también integran el ranking de los mejores.
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Sin embargo, antes de ser agregadas al té todas las hierbas, flores o frutas deben ser disecadas y eso se hace difícil en algunos casos. Tanto en especias como en hierbas, lo recomendable es colgar el ramo que se quiere secar en un lugar lo más seco posible y a la luz, aunque no precisamente al sol.
TES Y TISANAS. Cualquier té se puede saborizar con hierbas, flores, frutas o especias, no hay reglas. Ahí entra en juego nuestra predisposición para los sabores y gustos personales, asegura Eugenia Guerschanik, diseñadora de té. Aquí vale la pena aclarar la diferencia entre infusiones, tés y tisanas. Se llama infusión a toda bebida a base de agua caliente y plantas, aunque sólo aquellas a base de Camellia Sinensis reciben el nombre de té.
Existen cuatro tipos de tés y eso depende del tratamiento que se le haga a la planta: el té negro, con marchitamiento y oxidación total; té verde, sin marchitamiento ni oxidación; té blanco, con marchitamiento y sin oxidación, y té Oolong, un conjunto de hebras con marchitamiento y oxidación parcial. El resto de las infusiones, que no están hechas a base de té, se llaman tisanas. Aunque los tipos de tés sean cuatro, existen decenas de variedades con aromas y sabores diversos, y de combinar sus hebras con otras materias primas nacen los famosos blends, infusiones con valor diferencial. Si bien el blend depende mucho de quien lo crea hay un primer punto en el que todos los especialistas coinciden: la búsqueda del equilibrio o armonía. Quien diseña un blend debe aspirar a que sea una infusión en la que los ingredientes se mariden o encuentren armónicamente sin taparse ni mezclarse en el desorden. La infusión siempre debería tener una base más importante que el resto de los componentes, si se mezcla la misma cantidad de todos el resultado parece una ensalada de frutas, es el primer consejo de la sommelier de té Andrea Angeloni. Un segundo punto en el que hay total acuerdo tiene que ver con la atención a las propiedades de cada té y la materia prima con la que se lo saboriza. Si se elige algo relajante como tilo o melisa no será una buena idea acompañarlo de jengibre o pimienta, que son más energizantes. A su vez las hierbas relajantes se llevarán mejor con un té verde que tiene poco contenido de cafeína, mientras las especias se combinarán mejor con el té negro que es el tipo de té que más cafeína posee.(...)